Horripilar

«Solo es oscuridad… y los ruidos propios del bosque. Aquí no hay nada… ni nadie», estaba pensando cuando lo escuché de nuevo.

¡Crac!…

Dos cosas tuve claras en ese instante. Una, que esta vez había sonado muy cerca. Demasiado. Y otra, que una rama no se rompe si alguien, o algo, no lo pisa.

—¡Vamos! —susurré—. ¿De qué vas a tener miedo? La madera cruje con el frío… sí, eso es, es solo una dichosa corteza que…

Esta vez era un roce. Tal vez contra unos matorrales que yo mismo acababa de atravesar. Apenas dos segundos antes fueron mis ropas la que produjeron un ruido similar… ahora tenía claro que, fuera lo que fuera aquello, me estaba siguiendo.

Horripilar. Esta palabra aglutina todas las sensaciones que me estaba provocando no saber qué es lo que me seguía.

Traté de contenerme, fingir que no estaba asustado. Imposible. Todo el vello de mi cuerpo estaba erizado. Jamás había corrido tanto como entonces. Qué importaba que los espinos destrozaran mi ropa, que me hicieran sangrar. Cualquier cosa mejor antes que dejar alcanzarme por esa cosa.

Miedo irracional, eso es lo que sentía en ese momento. Impropio de alguien como yo, empírico hasta la extenuación. No estaba acostumbrado a que algo me asustara antes de tener motivos para ello. Algo me decía que esta vez era… diferente.

Cada vez estaba más convencido de que mi perseguidor era un animal. Una bestia. Podía escuchar sus jadeos. Muy cerca. Demasiado para sentirme a salvo.

No tardé demasiado en comenzar a sentir cansancio. Entonces aceleré. Trataba de meter entre él y yo cuanto más espacio, mejor. Quizá, si me separaba algunos metros más, tendría tiempo para girarme y enfrentarlo de cara.

Cuanto más trataba de correr, más lo hacía también esa cosa. No me quedaba mucho para desfallecer.

Escuchaba sus horribles gruñidos. Apenas un salto nos separaba. Me tenía a su alcance. La partida estaba perdida. Solo quedaba la rendición.

Y me rendí.

Tardé dos lengüetazos en darme cuenta de lo que era y solo un gruñido cariñoso en confirmarlo.

—¡Rufo!… ¿Quieres dejar de chuparme la cara?